¿Quién acabó con la gallina
de los huevos de oro?
Manuel Padilla Muñoz.
Durante miles de años y hasta la actualidad, la humanidad ha enfrentado enigmas que, hasta ahora, a pesar del avance de la tecnología, la ciencia y la filosofía no ha podido descifrar. Enigmas y misterios como los siguientes ¿Qué fue primero: el huevo o la gallina? ¿La existencia física u comprobable de Dios y del demonio? La castidad de la Virgen María, La explicación creíble de la Santa Trinidad, ¿Quién mató a Kennedy?, ¿Quién mató a Colosio?, ¿Cuánto robó el alcalde de San Blas, Nayarit, Armando Ramírez Villanueva a la presidencia Municipal y ahora es ampliamente conocido en los círculos gansteriles como el “sí robé pero poquito?, ¿Estamos solos en el universo o nos visitan seres extraterrestres?, ¿Cómo va a beneficiar en el futuro el gasolinazo a nuestros hijos y a nuestros nietos?, ¿Cómo es que todas las policías del mundo no localizan al ex gobernador de Veracruz Javier Duarte?, ¿Quién lo ayudó a fugarse?, ¿Cuándo se sabrá la verdad sobre la megadeuda que nos heredó Humberto Moreira que ahora quiere ser diputado local?, ¿De dónde sacarán Miguel Ángel Riquelme y Rubén Moreira cientos de millones de pesos para comprar votos y ganar la elección?, ¿Cómo es que el obrero Víctor Fuentes del Villar, líder nacional de los electricistas, gana nominalmente 20 mil 628 pesos y posee propiedades valuadas en 30.6 millones de pesos, cantidad que no reuniría, gastos de vida aparte, ni en cien años de trabajo? Misterios inescrutables.
La bonanza petrolera de México fue anunciada a fines de los años 70 por José López Portillo cuando dijo que México era un “lago de petróleo” y que tendría petróleo por los próximos 60 años; el precio del barril del crudo estaba por arriba de los 100 dólares; la “bonanza” terminó cuando en 2015 el precio bajó a poco más de 43 dólares y se registró una disminución de la producción.
Eso provocó que el gobierno federal subsidiaria el precio de las gasolinas hasta llegar al 2016; el problema estriba en que el gobierno no “se apretó el cinturón”, ni bajó sus enormes gastos y, para completar, empezó a aumentar sus precios aunque en forma gradual, lo que causaba molestias pero no al grado de llegar a lo ocurrido en los primeros días de este año, un aumento desproporcionado hasta del 20 por ciento que ocasionó, como consecuencia lógica, que el país estuviera a punto de incendiarse por las cientos de protestas públicas y los saqueos a comercios que no sucedía en México desde 1915.
El presidente Enrique Peña Nieto -a quien en su mensaje percibí como un “presidente isla”, es decir aislado, aburrido del cargo y de la responsabilidad de dirigir el país, con un semblante de que ya lo que quiere es que termine el sexenio, ante una crisis que le parece insuperable, rodeado de ineficaces colaboradores y de llegar a su cuarto año de gobierno con la más baja aceptación de los mexicanos en la historia del país para ser el peor presidente que se haya tenido- elaboró una tesis del problema, semejante a la dudosa autoría de su tesis de graduación que pasará la historia: “Se acabó la “gallina de los huevos de oro” y por eso fue irremediable el gasolinazo.
La interrogante de millones de mexicanos que tenemos que pagar los costos es: ¿Quién acabó con la “gallina de los huevos de oro”? Los más de 120 millones de mexicanos no, porque no hemos recibido ningún beneficio; al contrario, por la inflación obligada -que cada vez será mayor- nuestros ingresos son menores y, por ende, tendremos menos recursos que en la mayoría de los hogares mexicanos representa menos comida y otros satisfactores.
O sea, a pesar de todo lo que se diga en los medios informativos y la publicidad oficial del gobierno, no hay menos pobres en México; muy por el contrario, la pobreza crece casi en forma exponencial.
En contraparte, es la clase gobernante la que ha saqueado al país en forma escandalosa. Los gobernadores saqueadores y sus cómplices han defraudado al pueblo mexicano con 245 mil millones de pesos. Y no hay visos de que serán castigados por ello, porque reciben protección e impunidad del gobierno de Peña Nieto. ¿Qué le sabrán esos pillos al presidente?
Entonces, la crisis del fin de la “gallina de los huevos de oro” deben pagarla quienes la provocaron: los políticos ladrones y corruptos que lo primero que deberían hacer es devolver lo que le robaron a los mexicanos. Y eso sólo sería un pequeño paliativo. El segundo factor sería un verdadero ataque y erradicación de la corrupción y la impunidad para que no vuelva a suceder.
¿Por qué habremos de pagar todos los millones de mexicanos estos saqueos?
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